Según un estudio de Ofcom, el organismo regulador del sector de las telecomunicaciones británico, la televisión ya no es lo que era.
Durante años se habló de los daños que provocaba en los jóvenes la denominada "caja boba". Los problemas de atención de quienes pasan altas horas frente a la pantalla, sumado a los contenidos inapropiados que ofrecen los programas, tienen un efecto nocivo en los niños de edad escolar. Pero la batalla de los padres contra los estímulos negativos sumó otros enemigos en los últimos años.
Los jóvenes entre 16 y 24 años prefieren vivir sin televisión antes que sin teléfono móvil o Internet. Por primera vez, los smartphones y la conexión a Internet figuran primero en el ranking de preferencias.
También para los adolescentes de entre 12 y 15 años la televisión se queda en el segundo puesto en el listado de medios y dispositivos que más echarían de menos.
Además, las horas semanales que los adultos dedican a navegar por Internet pasaron de 12,2 horas en 2009 a las 14,2 horas de 2010. Los adolescentes de 12 a 15 años todavía les dedican más, 15,6 horas semanales, frente a las 17,2 horas que pasan viendo la televisión.
Mientras más niños dicen que se volvieron más cuidadosos acerca de su privacidad en línea, casi un tercio de este grupo de edad con un perfil activo en los sitios de redes sociales dicen que hablan con amigos de amigos o personas que no saben.
Además, uno de cada cinco de la franja de 12-15 años de edad que utilizan Internet en el hogar sería feliz de compartir en línea su dirección de correo electrónico. Estos niveles de comodidad en el intercambio de datos personales entre los jóvenes podría significar que no están evaluando los posibles riesgos.