Hay dos formas conocidas de hacer crecer agujeros negros: fusionarse entre sí o "comerse" las estrellas. Sin embargo, existen antiguas galaxias elípticas -una especie de "fósiles" cósmicos- en las que no se está produciendo ni uno ni otro proceso. Esto significa que el aumento en la masa de sus agujeros negros, si ocurre, se debe a otras razones.
El equipo de científicos comparó los agujeros negros en tales galaxias, cuya edad comienza a partir de los nueve mil millones de años. Al final resultó que, cuanto más lejos en el pasado, menor era la masa de objetos. Para los agujeros negros más jóvenes, es de siete a veinte veces más grande que para los más antiguos. Según los expertos, esto habla a favor de la existencia de una conexión cosmológica.
La energía oscura constituye alrededor del 68 por ciento del universo. Sin embargo, se desconoce el origen de esta cantidad hipotética.
En la década de 1960, el científico de Leningrado Erast Gliner sugirió que las explosiones de supernovas producen objetos tan densos que la presión en ellos se vuelve negativa. Por lo tanto, supuestamente producen gravedad negativa, una fuerza que no atrae, sino que repele. De hecho, es un análogo de la energía oscura.
Singularidad dentro de un agujero negro
La cuestión de la existencia de tal fenómeno en la realidad es muy controvertida. Y es imposible comprobar empíricamente su existencia. Por lo tanto, algunos científicos están tratando de repensar la naturaleza de los agujeros negros.