Investigadores de la Universidad de Edimburgo han creado la primera piel electrónica inteligente, que acerca las máquinas a los humanos al proporcionarles un sentido de su propio movimiento, percepción del espacio y una respuesta a los estímulos externos similar a los seres vivos.
La piel electrónica es un material o dispositivo que imita la capacidad de la piel humana para detectar y responder a estímulos externos como la presión, la temperatura, la humedad, la luz y la electricidad. Está compuesta por sensores y actuadores que le permiten registrar cambios en el ambiente y responder en consecuencia, lo que la convierte en una tecnología útil para una amplia variedad de aplicaciones, desde prótesis robóticas hasta dispositivos de realidad virtual y monitores de salud.
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La piel electrónica, también conocida como piel artificial o piel sintética, tiene varios beneficios potenciales en diversas áreas, como la medicina, la robótica y la electrónica. Algunos de los beneficios incluyen:
Monitoreo de la salud: la piel electrónica puede ser utilizada para monitorear la salud de los pacientes en tiempo real. Puede medir la temperatura, la humedad, la presión arterial y otros signos vitales.
Sensación de tacto: la piel electrónica puede ser utilizada para crear prótesis y robots que pueden sentir la presión y la textura de los objetos. Esto puede mejorar la capacidad de los robots para interactuar con el entorno y las personas.
Flexibilidad y durabilidad: la piel electrónica puede ser fabricada con materiales flexibles y duraderos, lo que la hace adecuada para su uso en dispositivos portátiles y dispositivos médicos que deben soportar el movimiento y la tensión.
Comunicaciones: la piel electrónica puede ser utilizada para crear dispositivos de comunicación que son más cómodos y eficientes que los dispositivos actuales. Por ejemplo, los dispositivos de comunicación portátiles y los dispositivos médicos pueden ser integrados en la piel electrónica para proporcionar una experiencia más natural y sin fisuras.