SABADO 3 de enero
La única receta válida para terminar el Dakar es aliar solidez y constancia. En los 9 000 kilómetros que vamos a recorrer en Argentina, Chile y Bolivia, los candidatos tendrán que resolver una ecuación adicional: encontrar su ritmo, cuando el recorrido tiende justamente a romperlo. Según los días, cambiamos tanto de registro como de velocidad, pasando de la pista pedregosa al desierto de dunas, de etapas largas a los « sprints » del extremo. En esta incapacidad para instalarse en secuencias claramente identificadas, los competidores deberán movilizar antes que nada su capacidad de adaptación… y de gestión del esfuerzo. Las etapas maratón sabrán recordarles esta regla absoluta del rally raid.
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