Profeta y Primer Embajador de Paz Mundial del Heavy Metal
Byff Byfford, nacido para ser macarra y líder de Saxon, emblemática banda de la llamada NWOBHM, 'new wave of british heavy metal', que en los 80 incluía a Judas Priest, Iron Maiden, etcétera. O sea, una vieja gloria que, eso sí, respetan todos los heavys sin excepción.
El Papa
No podía ser otro que Ozzy Osbourne, el enloquecido cantante de Black Sabbath que degollaba murciélagos a mordiscos en su juventud (y pilló la sarna) y ahora es una estrella de la televisión. Absolutamente incapaz de artícular un sermón coherente sin acabar a tortas. Un genio y un auténtico cretino.
Arzobispos
Arzobispos
Siguiendo la jerarquía de la Iglesia Anglicana, que ya se sabe que los británicos son muy suyos, la elección ha recaído en Bruce Dickinson, cantante de los Maiden, y Rob Halford, idem de los Judas. Las dos mejores voces posibles para arengar a las masas, desde luego. El segundo demuestra, además, que en Iglesia del Riff no se discrimina a los gays. Y se da por hecho que cuando haya una iglesia heavy en Alemania, la camionera de Doro Pesch (Warlock) será nombrada obispa.
Obispo
James Hetfield, cantante y guitarrista de Metallica. Sorprendente elección de un primo americano, que al parecer va con segundas a tenor del argumento utilizado: lo bien que le quedan los pantalones vaqueros, lo que le convierte en la 'cara' perfecta para la imagen pública de la nueva religión.
Y el primer santo:
Ronnie James Dio, recientemente fallecido y al que ya se ha dedicado una capilla en The Crobar. Ya está en estudio, por supuesto, fijar una fecha en el santoral heavy para honrar su memoria. Una de sus canciones, 'Holy diver', es la propuesta como himno oficial de la iglesia. Se le considera inventor de los famosos cuernos con que se saludan los heavys.